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QUE PASO CON LA ACCION DE LIPIGAS EN LA BOLSA CHILENA

En 2025 la acción de Empresas Lipigas (hoy parte del holding LipiAndes) dejó de ser la típica utility fome y se transformó en uno de los papeles más rentables —y a la vez defensivos— de la bolsa chilena. El precio se acercó a máximos históricos, con un retorno muy superior al IPSA, mientras siguió pagando dividendos jugosos apoyados en flujos estables de GLP, gas natural y GNL. Además, la compañía dejó de ser solo “chilena”: consolidó su presencia en Perú y Colombia y sumó Ecuador con la compra de Sycar, reforzando su corredor de GNL en la región andina. Este texto en chileno aterriza qué pasó con la acción de Lipigas, qué empujó el rally y qué mirar hacia adelante si ya eres accionista o estás pensando sumar el “balón amarillo” a tu cartera.

Contexto de la acción


Si te estás preguntando “qué pasó con la acción de Lipigas”, la respuesta corta es que dejó de ser la típica utility fome y se convirtió en una de las estrellas discretas de la bolsa chilena en 2025. Al 24 de noviembre de 2025, LIPIGAS cotiza cerca de CLP 6.695 por acción, prácticamente pegada a su máximo de 52 semanas de CLP 6.700, versus un mínimo cercano a CLP 3.800 en noviembre de 2024, lo que implica un retorno cercano al 75% en doce meses, muy por encima del IPSA, que en el mismo período acumula alrededor de 47% de subida.


No es solo humo ni FOMO: los números acompañan. La acción se transa con un precio/utilidad (P/E) cercano a 11 veces las ganancias de los últimos doce meses, con un margen neto en torno al 7% y una rentabilidad por dividendo anualizada cercana al 7%–8%. Para una empresa de distribución de GLP, gas natural y GNL, con contratos de largo plazo y demanda relativamente estable, el mercado está pagando algo más que en años anteriores, pero sigue lejos de múltiplos “locos” de crecimiento puro.


Detrás del ticker LIPIGAS ya no hay solo la clásica empresa chilena de balones amarillos. Hoy forma parte del holding LipiAndes, que agrupa operaciones en Chile, Perú y Colombia y que en 2025 concretó su llegada a Ecuador mediante la compra del 70% de Sycar Infraestructura, el único importador autorizado de GNL en ese país. Con eso, el grupo pasó a operar un verdadero corredor andino de GNL y gas natural, atendiendo desde hogares hasta minería y transporte pesado.


Radiografía rápida del papel


En tamaño, Lipigas juega en la liga de las mid-caps chilenas, con una capitalización bursátil en el rango de CLP 720.000–760.000 millones según la fecha que mires. Lo interesante es que, a pesar del rally, mantiene una beta bajísima frente al IPSA —cerca de 0,1—, es decir, se mueve mucho menos que el índice en días volátiles. Para el inversionista chileno típico que quiere dormir tranquilo y aun así sacarle algo más de rendimiento a la plata que en un depósito a plazo, ese combo de baja volatilidad más retorno atractivo es bien tentador.


Históricamente, el papel se veía como “acción de abuelita”: defensiva, dividendera y con poco brillo en el precio. El cambio en 2024–2025 viene de que el mercado empezó a valorar mejor el rol de Lipigas en la transición energética (GNL para camiones, soluciones para la industria, proyectos de gas carbono neutral) y la diversificación fuera de Chile, al mismo tiempo que las utilidades se mantuvieron firmes. En simple: se alinearon resultados, relato estratégico y apetito de los inversionistas por activos reales en la región.


  • Precio rondando los CLP 6.700, muy cerca del máximo de 52 semanas (rango aproximado CLP 3.800–6.700), con uno de los mejores retornos de la bolsa local en 2025.


  • Capitalización bursátil sobre los CLP 700.000 millones, lo que la deja en el rango mid-cap, pero con liquidez suficiente para que puedan entrar AFP, fondos locales y retail sofisticado.


  • Múltiplos razonables para una utility de energía: P/E alrededor de 11x y EV/EBITDA cercano a 5–6x, sin señales de burbuja, pero sí de revalorizar un modelo de negocio más diversificado.


  • Dividend yield alto (en torno al 7% anual) y política histórica de repartir una buena parte de las utilidades, algo muy mirando a quienes viven de la renta periódica.


  • Perfil de riesgo defensivo gracias a la baja beta y a que vende un servicio esencial (energía para hogares, comercios, industria y transporte), pero con el plus del crecimiento regional y del GNL.



Con todo eso, la película de 2025 es clara: Lipigas ya no es solo una acción para guardar en el cajón y olvidarse, sino un activo que mezcla estabilidad con crecimiento. Por eso muchos inversionistas locales la están viendo como “acción core” de largo plazo en la cartera, y otros más tácticos la han tradeado como el clásico papel que sube tranquilo mientras el resto del mercado se preocupa del ruido macro. Esta base es clave para entender los motores específicos del rally que revisamos en la siguiente sección.


Motores del repunte


El rally de Lipigas no salió de la nada: tiene bastante respaldo en los estados financieros. A nivel consolidado, el grupo ha venido creciendo ingresos y EBITDA de forma sostenida, con ventas anuales que ya superan el equivalente a US$900 millones, un margen EBITDA cercano al 14% y un margen neto cercano al 7%. En 2024 y 2025 los resultados trimestrales mostraron incrementos de doble dígito en EBITDA versus el año anterior, apoyados por mayor eficiencia operativa y mejores resultados en Chile y Colombia.


En el primer trimestre de 2025, LipiAndes —matriz de Lipigas— reportó un aumento cercano al 14,6% en su EBITDA consolidado, hasta unos CLP 33.390 millones, con cerca del 70% del resultado explicado por Chile y el resto repartido entre Perú y Colombia. Esa tendencia de expansión rentable en varios países es la que el mercado suele premiar con múltiplos algo más altos, porque reduce la dependencia de un solo mercado regulatorio o económico.


En gas natural y GNL, el crecimiento ha sido particularmente llamativo. En reportes recientes, la compañía destacó alzas fuertes en ventas de gas natural en Chile, impulsadas por la entrada de nuevos clientes mineros y el mayor consumo en estaciones de servicio de GNL para camiones de carga pesada, un segmento que conecta directo con la transición desde diésel hacia combustibles más limpios. Es un negocio intensivo en infraestructura, pero con contratos de largo plazo que anclan parte importante del flujo de caja futuro.


Expansión a Ecuador y corredor GNL


El punto bisagra del relato 2025 es la internacionalización vía GNL. En junio de 2025, el directorio autorizó la compra del 70% de Sycar Infraestructura S.A.S. en Ecuador a través de la nueva filial LipiEcuador, una compañía que cuenta con la única licencia vigente para importar y comercializar GNL en ese país. La operación incluye un aumento de capital y el despliegue de infraestructura para abastecer a clientes industriales y de transporte, conectando la oferta de GNL desde Perú con la demanda ecuatoriana en lo que el grupo llama su “corredor verde” andino.


Para el mercado, esto cambia la foto de Lipigas de ser un puro jugador local de GLP a ser una plataforma regional de soluciones de gas y energía, con presencia ya en cuatro países. La expansión se monta sobre capacidades que el grupo venía construyendo hace años: logística de GNL, estaciones para camiones, know-how regulatorio y un músculo financiero que permite invertir sin descuidar el dividendo. Ese mix de crecimiento más defensa es justo lo que muchos gestores chilenos buscan cuando rotan cartera hacia energía.


Cambios en la plana ejecutiva


Otro motor importante del interés por la acción ha sido el recambio de liderazgo. El 30 de septiembre de 2025, la compañía informó a la Comisión para el Mercado Financiero la renuncia de Ángel Mafucci, histórico gerente general de Empresas Lipigas y luego de LipiAndes, efectiva a partir del 31 de enero de 2026, tras casi dos décadas en el cargo. En su reemplazo, el directorio designó a Alberto Orlandi, actual responsable del negocio de gas en Chile, quien asumirá como gerente general de LipiAndes desde el 1 de febrero de 2026, mientras que Morris Pessó quedará a cargo de Lipigas en Chile.


El mercado suele mirar con lupa estos cambios, pero en este caso la lectura ha sido más bien de continuidad que de ruptura: ambos ejecutivos llevan años en la casa, conocen el negocio y han impulsado en la práctica la diversificación hacia renovables y GNL. Más que un “volantazo”, el cambio luce como una transición ordenada hacia una segunda etapa de expansión regional, lo que ayuda a bajar riesgos de ejecución percibidos por los inversionistas.


Dividendo, capex y “skin in the game”


La historia de Lipigas también es una historia de capital allocation relativamente disciplinado. A pesar de invertir fuerte —del orden de CLP 60.000 millones en los últimos años para crecer en GNL, electricidad y expansión geográfica—, el grupo ha mantenido una política de dividendos generosa, con pagos anuales elevados en relación con utilidades y un dividend yield que hoy ronda el 7% sobre precio de mercado. Esa combinación de capex para crecer más dividendo jugoso es poco común en la bolsa chilena, y explica parte del re-rating de múltiplos que ha tenido el papel.


A eso se suma que varios movimientos de insiders han reforzado la señal de confianza. En los últimos años se han registrado compras relevantes de acciones por parte de miembros del grupo controlador, como el presidente del directorio Juan Manuel Santa Cruz y el director Mario Vinagre, en operaciones por varios miles de millones de pesos, lo que aumentó su participación y fue leído como “skin in the game” real. En su minuto, incluso se vio una caída puntual de la acción por el anuncio de una transacción vinculada, que el mercado terminó interpretando como oportunidad de entrada para quienes confían en el plan de largo plazo.


  • Resultados con crecimiento de doble dígito en EBITDA y márgenes sanos, apoyados por eficiencia y diversificación geográfica.


  • Fuerte empuje en negocios de GN y GNL para minería y transporte, donde Lipigas está montando un corredor andino de energía más limpia.


  • Entrada al mercado ecuatoriano como socio mayoritario del único importador autorizado de GNL, añadiendo un cuarto país y nuevas fuentes de flujo de caja.


  • Transición ordenada en la gerencia general, con sucesores internos que conocen la compañía y refuerzan la idea de continuidad del plan estratégico.


  • Política de dividendos atractiva más compras de insiders, que dan respaldo al relato de largo plazo y hacen más llevadero aguantar la volatilidad de corto plazo.



Desde la mirada “meme trader”, Lipigas se transformó en ese papel que parece latero hasta que miras el gráfico y ves que lleva un +70% en doce meses con beta de tortuga. Pero, a diferencia de muchas acciones que se disparan solo por narrativa, acá hay flujos, contratos y activos reales detrás. La pregunta que viene para cualquier inversionista chileno es si el upside que queda compensa los riesgos y cómo encaja LIPIGAS en una cartera diversificada, temas que vemos en detalle en la sección siguiente.


El precio de Lipigas se acercó a máximos históricos, con un retorno muy superior al IPSA.

El precio de Lipigas se acercó a máximos históricos, con un retorno muy superior al IPSA.

Estrategia para inversionistas


Si ya estás subido al carro de Lipigas, lo primero es tener claro qué tipo de posición quieres que sea en tu cartera: una apuesta táctica para aprovechar el momentum o una pieza estructural de largo plazo orientada a dividendo. La acción viene de un rally fuerte y cotiza cerca de máximos, por lo que los próximos movimientos probablemente sean más laterales o con correcciones intermedias que otra subida vertical. En ese contexto, muchos inversionistas de renta prefieren enfocarse en el flujo de dividendos y en la tesis de varios años, más que en tratar de adivinar cada zigzag semanal.


Si aún no tienes el papel y lo estás mirando de reojo, la decisión pasa por dos grandes preguntas: cuánto peso le quieres dar al sector energía dentro de tu portafolio total y cuánto riesgo estás dispuesto a asumir en una acción que ya hizo una parte importante del recorrido alcista. Con un P/E cercano a 11x, múltiplos de valoración razonables y un dividendo generoso, Lipigas no luce cara versus su historia ni frente a otras utilities regionales, pero tampoco está regalada como cuando cotizaba en la zona de CLP 3.800–4.000.


Qué variables deberías monitorear


Más allá del precio de pantalla, lo que realmente mueve el valor intrínseco de Lipigas en los próximos años son unas pocas variables clave. Tenerlas en el radar ayuda a no caer en compras impulsivas solo porque “todos están hablando del papel” en X o en los grupos de WhatsApp. A grandes rasgos, lo relevante es cómo evoluciona el crecimiento en gas natural y GNL, qué tan bien se integra la operación de Ecuador, cuánta disciplina mantiene la empresa en su política de dividendos y qué tan estable se ve el marco regulatorio en los países donde opera.


  • Crecimiento en volúmenes de GN y GNL, especialmente en contratos con minería, transporte pesado y grandes clientes industriales, donde se juega la tesis de “corredor verde” andino.


  • Velocidad y rentabilidad de la integración de Sycar y LipiEcuador: cuánto tarda en madurar la demanda de GNL en Ecuador y qué retornos obtiene el grupo sobre el capital invertido.


  • Equilibrio entre capex de crecimiento y dividendos: si el grupo mantiene la tradición de pagar dividendos robustos mientras financia la expansión, el atractivo para perfiles de renta se mantiene alto.


  • Entorno regulatorio y competitivo en GLP y GN en Chile y la región, donde cambios de reglas o mayor presión de autoridades podrían afectar márgenes o modelos comerciales.


  • Endeudamiento y cobertura de intereses, sobre todo en un contexto de tasas que, aunque más bajas que en 2022–2023, siguen siendo relevantes para compañías intensivas en inversión.



Escenarios posibles hacia 2026


Un escenario base razonable es que Lipigas siga creciendo a ritmos moderados, con expansión de volúmenes en GN y GNL en Chile y una contribución creciente pero todavía acotada desde Ecuador, mientras mantiene márgenes similares a los actuales. En ese cuadro, una acción como esta tiende a pagar buena parte del retorno vía dividendo, con plus adicional si el mercado sigue premiando su perfil defensivo y la ejecutoria del plan de LipiAndes.


En un escenario más optimista, la demanda por GNL en la región se acelera, los proyectos de “gas carbono neutral” avanzan más rápido de lo previsto y la compañía logra cerrar nuevos contratos relevantes con la gran minería y el transporte de carga, elevando el crecimiento del EBITDA por sobre lo que descuenta hoy el mercado. En ese caso, no sería raro ver una nueva expansión de múltiplos —por ejemplo, que el P/E se mueva algo por sobre el promedio histórico—, aunque eso viene naturalmente con mayor sensibilidad a las noticias y mayor volatilidad en el precio.


El lado bajista del cuento incluye varios riesgos: retrasos en proyectos de infraestructura, menor demanda industrial por desaceleración económica, eventuales cambios regulatorios en GLP o GN, o simplemente una toma de utilidades masiva después del rally 2024–2025 que comprima múltiplos sin que cambien mucho los fundamentales. Para quien entre a estos precios pensando solo en que “tiene que seguir subiendo”, cualquiera de esos shocks puede doler más de la cuenta.


Por eso, más que buscar la bala de plata, tiene sentido ver a Lipigas como una pieza más dentro de una cartera diversificada: puede ser el pilar de renta del portafolio chileno, balanceado con acciones de crecimiento y algo de renta fija. Definir de antemano cuánto quieres arriesgar en este papel, dónde te sentirías incómodo si corrige fuerte y en qué horizonte de tiempo evalúas la inversión es clave para no terminar vendiendo en pánico en la primera corrección seria.


Nada de lo anterior es recomendación de compra o venta, ni asesoría financiera personalizada. Es un resumen informativo basado en datos públicos y puede quedar desactualizado si la compañía publica nuevos resultados o hechos esenciales. Si estás evaluando tomar decisiones importantes con tu plata —por ejemplo, concentrar buena parte de tus ahorros en LIPIGAS—, siempre vale la pena conversar primero con un asesor financiero autorizado que conozca tu situación específica y tu tolerancia al riesgo.


En resumen, ¿qué pasó con la acción de Lipigas? Se alinearon flujos, estrategia y relato, y el mercado dejó de mirarla como la típica acción de gas para empezar a verla como un player regional de energía con dividendo sabroso. Si decides subirte o seguir arriba, que sea con plan, no solo por los memes ni porque “todos en la pega están hablando del papel”.


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